El viaje a Cuenca también me permitió darme un paseo por las Casas Colgadas, casi 30 años que no había estado en la ciudad, y todo un espectáculo para la vista. Hay que volver, con más tiempo.
El acceso a esta parte de la ciudad lo hicimos desde el famoso Puente de San Pablo, que nos permite una fantástica visión de Cuenca al fondo y la entrada a la parte de las Casas Colgadas.
Una vez dentro nos encontramos los famosos Rascacielos de Cuenca. Por la parte que vemos tienen 9 pisos de altura, pero desde la calle no suben más de 3 pisos.
Las vistas son increibles, montañas, construcciones antiguas…lo dicho, volveré.