Otra de las escapadas de este verano me llevó a visitar el faro de Cabo de Gata.
Unas vistas impresionantes y un paisaje digno de fotografiar.

Construido en el año 1863 sobre el patio central del Castillo de San Francisco de Paula, es un referente en la seguridad marítima de la zona.

Colocado en un lugar privilegiado sobre un acantilado, que pone la piel de gallina al asomarse, desde el que los turistas divisan unas vistas extraordinarias del Mediterraneo.

El Arrecife de las Sirenas, es parte de una antigua chimenea volcánica, que debe su nombre a una antigua colonia de foca monje, hoy desaparecida.

Si pasáis por la zona, no dejéis de visitarlo.
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